Me gustan los hombres musculados y muy bien dotados: esos son los que entran en la categoría de machos, aunque también me gustan los caballeros maduros y que saben tratar a una mujer. Ah, se me olvidaba, ¡me encantan los hombres de uniforme, como bomberos, policías, guardias civiles o militares! Desde que abracé este modo de vida, me han follado (y bien follada) decenas de hombres. Y lo mejor de todo es que esto les encanta a mis sumisos, que saben perfectamente cuál es su lugar: mirones, mamones y mamporreros. ¿O acaso no te gustaría chuparle la polla a uno de mis machos? Seguro que se te pone dura solo de pensarlo…

Me encanta sentirme bien llena de las pollas de estos machos. A la vez, es importante para mí que permitan participar a mis sumisos como mirones, haciendo videos o lamiéndonos. Quiero que vean cómo su Señora goza y grita de placer bien empotrada por un macho y que comprueben por ellas mismas cómo a donde ellos llegan, ellas no llegarán jamás.

De entre todos estos machos, pongo aquí solo los que han follado regularmente conmigo y lo siguen haciendo. Los ordeno por orden de llegada a mi vida.

Rubén

Este es Rubén.

Un macho imprescindible es, sin lugar a dudas, este hermoso y musculado cubano que me encontró mi marido en una página de intercambio sexual.

Recuerdo muy bien la primera vez que estuvimos juntos los tres. Mi marido le había pedido a Rubén que me follase de espaldas y que no me enseñase la polla para que no me asustase, y la verdad es que hizo muy bien. No sé cuanto le mide, pero la sujeta con las dos manos y todavía le sobresale el glande entero. Es, además, una polla dura y gorda, casi de la anchura de mi muñeca, tanto que me hace incluso daño hasta que no estoy muy excitada. No hay palabras, hay que verlo. Mejor aún, chicas, hay que sentirla.

Pero cuando ya estoy excitada, me hace gemir y hasta gritar de placer pidiéndole más y más. ¡Qué norme contraste para mi marido y para cualquier sumiso ver cómo su Ama se deshace de placer bien follada por un macho! Y Rubén nunca defrauda, porque además de tener un pollómetro enorme permíteme la vulgaridad, lo sabe usar muy pero que muy bien. Tiene un aguante excepcional y siempre está pendiente de mí. Es un amante que aprende y mejora cada vez que estamos juntos.

Ahora ya quedamos los dos solos y mi marido se conforma, si es que se lo permito, con verme gozar por videoconferencia.