Diario de una Dómina

Hasta pronto, Santa Cruz de Tenerife

Aquí se me ve follando con un macho.

Han sido casi cinco años en los que ha habido un poco de todo, pero que me han hecho crecer mucho como Dómina y como persona.

Experiencias, confianza y crecimiento como Dómina

Son tantas las experiencias y la mayoría tan gratas que no sabría por dónde empezar, así que lo haré por el final que es, con enorme diferencia, lo mejor. Porque lo mejor ha sido conocer a esas personas que han depositado en mi su plena confianza y me han ayudado a crecer, a explorar este mundo y a mí misma, rompiendo límites unas veces y asentado límites otras.

Gracias, dania

No puedo dejar de mencionar a mi querida dania von Dunajew, que me entregó su tiempo en exclusiva durante varios meses durmiendo a los pies de mi cama o en el suelo del salón. Ha estado limpiando y recogiendo detrás de mí y siendo mi puta, una puta muy perra, muy guarra y muy sucia, todo hay que decirlo. Un verdadero placer.

Gracias, nenita

También debo agradecer profundamente a una gran Dama del BDSM la cesión (tristemente tan breve) de su Benita . De ambas he aprendido tanto que no cabría aquí ni un resumen.

Tanto dania como la nenita me han regalado su tiempo y su cuerpo, pero también su intimidad, amistad, confianza y largas y encantadoras charlas que echo de menos cada día.

Explorar mi lado swinger y profesional

En Santa Cruz de Tenerife me hice profesional y no podría haber elegido un lugar mejor para ello. He encontrado maravillosos sumisos como éste, por ejemplo. Pero también he tenido la oportunidad de explorar mi lado swinger y hotwife poniendo los cuernos a mi marido por tierra, mar y aire. En fiestas o a solas, pero siempre con un buen macho. Me ha gustado que mi marido me viera follar por videoconferencia y sin poder tocarse.

Echo de menos Santa Cruz de Tenerife

Empecé mi nueva andadura en la península en septiembre y aunque estoy muy feliz y contenta de haber tomado la decisión de mudarme, tengo que decir que echo mucho, mucho de menos Santa Cruz de Tenerife. No sólo las vistas al mar desde casa y el clima, sino también y muy especialmente, a las personas (sumisos o machos, hombres o mujeres) que habéis dejado  huella en mi vida.

A todos: Gracias.